La Habana, 18 dic (Prensa Latina) El pintor cubano Miguel Angel Quintana inauguró hoy una serie cuadros inspirados en la prima ballerina assoluta de este país, Alicia Alonso, quien cumpliría 99 años de edad el próximo 21 de diciembre.
La noticia del fallecimiento de la maestra en octubre pasado inspiró al joven artista a sumergirse una vez más en la pintura. No era la primera vez que Alonso lo conmovía como creador, con ella guarda una deuda personal de gratitud pues hace años lo ayudó a abrazar con determinación las artes plásticas.
Por Alicia, Quintana conoció la fuerza vital en un momento de su vida en el cual había dejado de pintar, producto de una decepción.
Un amigo lo invitó al entonces Gran Teatro de La Habana y allí la vio, con su personalidad impactante. Aquel mismo día, corrió hacia los pinceles y los lienzos para reflejar una impresión imperecedera.
Como era una mujer de pueblo, el pintor no tardaría en conocer en persona a la maestra Alonso, quien le transmitió la certeza de que nunca más podría abandonar la plástica; sin embargo, este año llegó otro bache sentimental y los pinceles estaban guardados cuando sorprendió el anuncio del deceso de la gran diva.
El Premio Nacional de Danza 2019, Adolfo Roval; el historiador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Miguel Cabrera; el director del Museo Nacional de la Danza y viudo de Alonso, Pedro Simón; y la subdirectora artística del BNC, Viengsay Valdés, entre otras personalidades, asistieron a la apertura de la exposición en la galería del cine La Rampa, de esta capital.
Las 13 obras en exhibición emergieron de la sensibilidad transmitida al artista por el ballet y algunos momentos de la prolífica vida de Alonso, en tributo a su valiosísimo apoyo y las huellas que ese arte y esta bailarina dejan en él.
Uno de los cuadros, bajo el nombre de Huellas en el tiempo, plasma de manera abstracta y con suma elegancia esa influencia que marca también al ser humano.
Obras como Pasión y Premonición apelan a la impresionante caracterización de Carmen, uno de los personajes icónicos de Alonso; mientras Vuelo la sitúa con el rostro hacia el cielo frente a una paloma blanca que planea libre sobre la artista cuya piel toma forma de mosaicos azules, el color favorito de la bailarina.
Intangible habla de un espíritu, de trascendencia y perpetuidad; en tanto Fantasía y realidad inscribe, en el atractivo perfil de la maestra, escenas del ballet Giselle, en el cual llegó a forjar una leyenda.
La subdirectora artística del BNC propuso a Quintana colocar esta pieza en la sede de la compañía, algo que él recibió con cariño y como un deber.
A juzgar por su entusiasmo y susceptibilidad, no es la primera ni será la última exposición de Quintana en torno a la danza y Alonso.
La presente muestra, titulada Alicia 99, estará en la galería del cine La Rampa hasta mediados de enero de 2020.
/msm
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