El Ballet Nacional de Cuba tenía preparada una extensa temporada de Coppelia, en el Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso", pero la situación actual de la pandemia de la Covid -19 obligó a la compañía Patrimonio cultural de la Nación a alejarse de los escenarios. Su directora, la primera bailarina Viengsay Valdés, no quería dejar de celebrar el aniversario 150 del estreno de este gran clásico, máxime en el año del Centenario del natalicio de una de las figuras más trascendentes del mundo de la Danza, nuestra Alicia Alonso; por lo que se pondrá a disposición del público, fotos y textos que lo acercarán al libreto, la música, la coreografía, la historia de esta pieza en Cuba, entre otros materiales de interés en las páginas de Facebook e Instagram del Ballet Nacional de Cuba.
Coppelia, una de las más famosas obras del repertorio tradicional del ballet, se estrenó el 25 de mayo de 1870 en la Opera de París (entonces con sede en el Theatre Imperial). Al fundarse el Ballet Nacional de Cuba, en 1948, uno de los primeros títulos escogidos por Alicia Alonso para integrar el repertorio de la nueva compañía fue Coppelia. El primer montaje de esta obra para la compañía se le encargó a León Fokine, que trajo a Cuba una versión sobre la original de Marius Petipa. La obra, centralizada por Alicia Alonso e Igor Youskevitch se estreno el 28 de diciembre de 1948 en el Teatro Auditorium, hoy Amadeo Roldán. Alicia Alonso, como repositora, coreógrafa y responsable de las grandes piezas del repertorio tradicional dentro de la compañía, emprendió de inmediato un minucioso trabajo con la coreografía, el estilo y la dramaturgia de Coppelia, transformando la obra de manera radical. Para ello retomó, siempre que le fue posible, elementos originales -de Saint-Leon a Petipa- aplicando un riguroso criterio para establecer los conceptos del estilo clásico-demicaractere que corresponde a este ballet, y cuidando de la coherencia narrativa de la trama. Por otra parte, enriqueció la coreografía con momentos de gran virtuosismo técnico, tanto en los despliegues de la técnica puramente académica, como en las danzas de carácter o demicaractere. No puede establecerse una fecha exacta en que la versión coreografía de Alicia Alonso del ballet Coppelia quedó totalmente establecida, pues nunca se hizo un estreno formal de la misma, sino que fue un trabajo reposado, paulatino, realizado en la marcha de la actividad escénica. Sin embargo, es indudable que ya en los inicios de la década de los años cincuenta había avanzado considerablemente, y en 1957 la coreografa presento su versión, con notable éxito, en el Teatro Griego de Los Ángeles, donde interpretó el papel de Swanilda secundada por André Eglevsky. Diez años después, la Alonso realizó una importante revisión de la obra para una nueva producción con el Ballet Nacional de Cuba, y con posterioridad dirigió su puesta en escena en el Ballet de Bellas Artes, México (1976).
La coreografía de Alicia Alonso está inspirada en la original de Arthur Saint-Leon y la versión de Marius Petipa, cuenta con música de Leo De libre, libreto de Charles Nuitter y Arthur Saint-Leon sobre el cuento de E.T.A. Hoffmann, y diseños de escenografía y vestuario de Ricardo Reymena.
La crítica especializada ha afirmado que "La Coppelia cubana es un delicioso y divertido juguete y supone una excelente ocasión para disfrutar en el ballet " (Julio Bravo, ABC, España). En otro momento se ha afirmado que " La versión del BNC resultó respetuosa con todos los ingredientes que han consagrado a este ballet..." (Marjolin van ser Leer, periódico La Vanguardia, España). También se ha dicho que Coppelia es "...una verdadera comedia, con el público aplaudiendo largamente una de las picarescas y divertidas pantomimas de todo el ballet. Hubo también un alto voltaje de virtuosismo, con una majestuosidad que detuvo los corazones de tal forma que nos hizo creer que la Danza no tiene límites" (Octavio Roca, San Francisco Chronicle, Estados Unidos).
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