Este 21 de diciembre nuestra eterna Giselle hubiese cumplido su siglo de vida. El pasado año nos dejó físicamente, pero su legado acompaña al Ballet Nacional de Cuba y toda la cultura cubana.
Las excepcionales dotes danzarias de Alicia Alonso no solo quedaron grabadas en la memoria de aquellos que tuvieron el privilegio de verla bailar, sino también, y afortunadamente, en el séptimo arte cubano.
Sirva, entonces, este dosier, como homenaje a la prima ballerina assoluta de Cuba, quien, como diría Alfredo Guevara, “es el embrujo racional de la magia, que revela en la danza la maravilla oculta, que en el órfico vaso de sí misma realiza, hace del sortilegio, lección de poesía”.
Consulte el dossier en nuestra web http://www.cubacine.cult.cu/es/node/11233
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