
El dominio tanto artístico como técnico adquirido en la escuela cubana de ballet se vio reflejado en el escenario del Shanghai Grand Theater, en una función sin comparación con otra de esta gira, que realiza el Ballet Nacional de Cuba por la República Popular China y que se extenderá hasta el próximo 28 de noviembre.
El público no dejaba de aplaudir y gritar bravo a la compañía cubana que dirige Alicia Alonso. El auditorio con capacidad para 1400 personas fue la sede de la Clausura del Vigésimo Festival de las Artes de Shanghai.
Los primeros bailarines Grettel Morejón, en el papel de Kitri, y Dani Hernández, como Basilio, arrancaron al público interminables ovaciones con su excelencia artística y técnica.
Igualmente, destacaron en sus interpretaciones Rafael Quenedit, en su papel de Espada, y la joven bailarina principal Claudia García, como Mercedes, quienes mostraron temple y seguridad.
El ballet Don Quijote tuvo su estreno el 26 de diciembre de 1869 en el Teatro Bolshoi de Moscú, inspirado en un episodio de la famosa novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y Saavedra. La versión cubana se presentó por vez primera el 6 de julio de 1988, en el Gran Teatro de La Habana, aunque desde 1950 el Ballet Nacional de Cuba incorporó a su repertorio el grand pas de deux del III acto. Por ser un ballet creado a partir de la obra de Cervantes, profundamente vinculado a la cultura nacional cubana, Alicia Alonso dirigió un cuidadoso trabajo alrededor de la legitimidad de las referencias folklóricas en el aspecto coreográfico; sobre todo, persiguiendo la dignificación y el respeto al personaje de Don Quijote, un icono del idioma castellano y de la cultura de raíz hispánica.
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